domingo, 5 de junio de 2011

ARQUITRABE

GERARDO CIANCIO (Montevideo, 1962)


Ensayista, crítico literario, docente.
Premio nacional de poesía inédita uruguaya, 2010, con el libro Cieno.
Publicó Entretextos (1993); La crítica literaria integral (1998); La ciudad inventada (1999); Nada es igual después de la poesía. 50 poetas uruguayos del medio siglo (2005). La cultura en el periodismo y el periodismo y la cultura. De Mario Benedetti a Maldoror (co-autoría, 2007).







ARQUITRABE SEGÚN JORGE ARBELECHE

Gerardo Ciancio, reconocido como estudioso y crítico de poesía, se dio a conocer como poeta en 2010, con la aparición de "Arquitrabe". Al tiempo que obtenía el primer premio en el Concurso Anual de Literatura del MEC en la categoría poesía inédita, con otro libro de reciente aparición, titulado "Cieno". En ambos libros, Ciancio se presenta como un poeta personalísimo, que sabe mezclar lo culto con lo popular, el lenguaje lírico tradicional con expresiones por momentos vulgares y prosaicas, al tiempo que elabora un orbe poético de singular perfil ,donde la desgarradura emocional del autor se integra con los contextos inmediatos o lejanos que acosan al poeta. Nada le es ajeno y para "decirlo", sabe echar mano, con mano maestra, de todos los elementos que le brinda el lenguaje, desde el más lejano o distante hasta el más inmediato que lo rodea.

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Cuando llegó a esa verba muerta de sí asperjada
y casi sintética diría lúbrico de azar su katana
espada su fata morgana de deleite atroz fue a
por la ofensa más veraz: esa que ningunea la
matriz al filo de la espada cortó a sus espaldas
tanta cabeza bien puesta sin solaz casi sin
esmero casi sin piedad, eso sí, por supuesto que
de ver el llanto niño de su madre la lágrima
útero y ella encinta no vayas a atenuarte ni te
apees de tu caballería enjuto por la historia si no
hay condena no hay crimen: tu algoritmo me da
certezas si del grito no queda el eco: no hay
horror ni en su holograma Ve a ver a las
muchachas en la estación de desahogos hasta
desgarrarles la tez de menos no te detengas
corta el cordón con doble filo cruza el río ese
que si por allí flotaren los cuerpos bienvenidos
sus caranchos.

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